Esta madre, docente músico y estudiante de Educacion Diferencial Advance, pone al servicio de niños y jóvenes músicos herramientas de integración de prácticas artísticas en la enseñanza. Desde hace 3 años es asistente de dirección de la Orquesta Ernesto Guarda Carrasco de la ciudad de Valdivia, agrupación compuesta por 32 jóvenes, orquesta no solo es un espacio de formación musical, sino también un lugar seguro de acompañamiento, realmente inclusivo, lleno de amistad y crecimiento personal para sus integrantes.
Trabaja en un Colegio de Música y otro con Metodología Waldorf, además de dar clases en una escuela Virtual de Terapias Complementarias llamada Madreselva. Es mamá de una pequeña de 12 años y estudia Educacion Diferencial Advance. Junto a lo anterior se está preparando para viajar ahora en octubre con la Orquesta Ernesto Guarda para viajar a Lima, Perú, donde participará en conciertos y encuentros musicales, oportunidad invaluable para la formación de los jóvenes.
“La curiosidad y la necesidad de aprender constantemente y crear mis propias propuestas pedagógicas me han hecho formarme en Yoga, Danzaterapia, Motricidad Infantil y Terapia Floral, además de hacer varios cursos y capacitaciones en el uso de la empatía, el juego y la escritura terapéutica”.
Su camino en la música comenzó desde muy temprano. A los 6 años comenzó en la Escuela de Cultura de Valdivia, hoy es el Colegio Juan Sebastián Bach, donde actualmente trabaja.
Continuó su formación en el Conservatorio de la Universidad Austral de Chile “la música ha sido siempre una parte esencial de mi vida y mi desarrollo profesional, mi primera ocupación remunerada y principal fuente de ingresos para todo lo que he ido haciendo posteriormente”.
Su pasión por enseñar ha estado vinculada en diversos proyectos musicales, principalmente con niños y jóvenes en contextos de vulnerabilidad. “A través de este trabajo como instructora de violín, he sido testigo de cómo la música actúa como una poderosa herramienta de transformación en sus vidas. No solo amplía sus horizontes y les brinda nuevas oportunidades, sino que también impacta positivamente en su autoestima, confianza y habilidades sociales”.
Fue este contacto directo con el poder transformador del arte la motivó a estudiar Psicopedagogía. Para entender más profundamente los procesos de aprendizaje y cómo la música y otras disciplinas artísticas, pueden integrarse de manera efectiva en la educación, no solo como herramientas académicas, sino como vehículos de desarrollo personal y social.
“Mi objetivo ha sido siempre ser un puente para que estos jóvenes reconozcan su valor y encuentren en la música y el arte una fuente de empoderamiento para sus vidas”, dice.
Por esta misma razón, decidió seguir aprendiendo e ingresó a la modalidad Advance en Valdivia de la Universidad San Sebastián para estudiar Pedagogía en Educación Diferencial. “Sentí la necesidad de ampliar mi formación y continuar ayudando a estudiantes desde una perspectiva más integradora”, cuenta.
Explica que la modalidad Advance de la USS le ofreció una oportunidad de compatibilizar sus múltiples trabajos y responsabilidades, mientras se formaba en una nueva área de educación. “La carrera me ha parecido muy enriquecedora, ya que me brinda nuevas herramientas para entender y abordar las diferencias en los procesos de aprendizaje, permitiéndome trabajar de manera más efectiva con niños y jóvenes que tienen necesidades educativas especiales. Esta formación no solo refuerza mi perfil como educadora, sino que me abre nuevas oportunidades en el ámbito escolar y terapéutico, sobre todo en la integración de prácticas artísticas en la enseñanza”.
Actualmente se desempeñó como profesora de instrumento en el Proyecto Chilcos (https://chilcos.org/), una iniciativa pedagógica Waldorf en Valdivia que busca despertar y nutrir el potencial interno de cada niño a través de un enfoque integral y respetuoso del aprendizaje. Además, lleva 20 años impartiendo clases de instrumento en el Colegio de Música Juan Sebastián Bach, donde además de enseñar, está a cargo de las adaptaciones curriculares en la disciplina instrumental para los estudiantes del Programa de Integración Escolar. “Mi labor incluye el acompañamiento pedagógico a los instructores, asegurando que cada estudiante reciba una formación personalizada que potencie sus capacidades”.
Además, es asistente de dirección de la Orquesta Ernesto Guarda Carrasco, una agrupación compuesta por 32 jóvenes músicos del Colegio, que lleva el nombre de su fundador. “Esta orquesta no solo es un espacio de formación musical, sino también un lugar seguro de acompañamiento, realmente inclusivo, lleno de amistad y crecimiento personal para sus integrantes”.
La Orquesta Ernesto Guarda ha recorrido el mundo gracias a la motivación de su director Alejandro Torres quien se ha propuesto abrir las fronteras para estos niños. Han visitado Colombia, Argentina, Francia y Alemania. “Estos pequeños increíbles han grabado discos y compartido escenario con artistas de la talla de Inti Illimani. Ser parte de este equipo es una inyección constante de inspiración y motivación”.
Sin ir más lejos, el año pasado viajaron a Brasil, y ahora en octubre, se preparan para viajar a Lima, Perú, donde la orquesta participará en conciertos y encuentros musicales, oportunidad invaluable para seguir enriqueciendo su formación.
“A través de la música, los estudiantes amplían sus horizontes, adquieren disciplina, confianza y habilidades para la vida. Formamos jóvenes que no solo tocan un instrumento, sino que aprenden a ser mejores personas y ciudadanos a través de su experiencia artística, brindándoles una formación que trasciende lo académico y los prepara para enfrentar el mundo desde una perspectiva creativa y sensible. Hay tanto que podría decir. Estoy enamorada del camino que he recorrido y me siento afortunada de crecer, aprender y servir a mis semejantes a través de todo lo aprendido”.