Siempre criminalidad infanto juvenil ha sido tema de análisis. Diferentes enfoques han intentado comprender y definir con el propósito de intervenir al mismo tiempo que reducir aquella conducta.
Ingrid Lawrence Psicóloga Jurídica y académica de la carrera Psicología Advance USS explica que la gestación de este tipo de comportamientos.
Violencia y causas de la criminalidad infantojuvenil
Señala que “La violencia puede entenderse como un fenómeno humano universal” que se presenta en diversas formas y contextos.
Desde conflictos bélicos hasta violencia intrafamiliar-, y que puede darse de forma directa o indirecta, individual o social.
“En definitiva las causas son complejas y multifacéticas, y están arraigadas en la naturaleza humana y en las estructuras sociales”.
Para la académica, dentro de los factores que podrían explicar el origen de la criminalidad in fantojuvenil se encuentran los mensajes a los que se exponen actualmente.
El acento no está en el esfuerzo para conseguir metas, sino en el principio de placer inmediato o satisfacción en la toma de decisiones para conseguiralgo rápido.
“Los individuos adquieren habilidades, actitudes y valores necesarios para cometer delitos al observar e imitar a otros», dice la academica USS.
Si el menor está en un contexto delictual o antisocial, es probable que muestre estas conductas porque las está aprendiendo de forma natural, mediante la socialización.
Exposición a la violencia en la comunidad, acceso a drogas o armas; falta de oportunidades educativas y/o laborales y estilos de crianza son también factores de riesgo.
¿Qué pueden hacer los padres, madres y cuidadores para prevenir la delincuencia juvenil?
Lawrence explica que es fundamental fortalecer el rol de los adultos para disminuir la criminalidad infantojuvenil, brindándoles herramientas que potencien habilidades parentales efectivas.
Aquí existe por ejemplo, la resolución de conflictos no mediada por la pasividad o violencia, más comunicación sin descalificaciones y escucha activa y promover disciplina positiva mediante la crianza respetuosa.
“Importa crear espacios seguros para que ellos desarrollen habilidades sociales y recreativas con autoconocimiento y valores como el respeto y la empatía contribuirá a frenar estas conductas”, sentencia.