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Mecanismos de financiamiento: Una ayuda para impulsar a las pymes y a los emprendedores

16 mayo, 2018

El factoring, el leasing y el leaseback son herramientas que les permiten a los pequeños empresarios contar con liquidez para hacer funcionar su negocio.

Pero son mecanismos diferentes y es importante saber cuándo es bueno optar por uno u otro.

 

 

Cuando se comienza un negocio, una de las trabas más importantes y que deja buenos proyectos en el camino es la falta de liquidez.

Afortunadamente hoy existen mecanismos de financiamiento que ayudan a los emprendedores, a las pymes y a las empresas en general.

Uno de estos mecanismos es el factoring, que no solo ha sido un producto que ha permitido solucionar las necesidades de financiamiento de capital de trabajo de millones de empresas en todo el mundo, sino que también es cada vez más un ejemplo de dar eficiencia a las distintas cadenas de valor en los diferentes sectores productivos de una economía.

Factoring y leaseback

Para entenderlo en palabras simples, Francisco Aravena, académico de Ingeniería Comercial y director del Centro de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, explica que el factoring es un contrato mediante el cual una empresa traspasa facturas a cambio de dinero líquido inmediato.

“Generalmente, esta transacción se efectúa con instituciones financieras que se hacen cargo del cobro de estas facturas a cambio de un porcentaje de ganancia”, dice.

Y agrega que es conveniente optar por el factoring si lo que se requiere es obtener liquidez en el corto plazo, principalmente para necesidades de la operación, y si la empresa además está dispuesta a pagar un porcentaje de las facturas que entregaría. “El factoring permite financiar en el corto plazo necesidades de las empresas para presentar liquidez”, explica.

El leaseback

Claro que el factoring no es el único mecanismo de financiamiento, como el leasing o el leaseback, también conocido como retroleasing.

Este últimoconsiste en un contrato en el cual una empresa transfiere activos a una entidad financiera por una cantidad pactada, garantizando su uso a través de un contrato de leasing, pero recibiendo a cambio liquidez para financiar sus operaciones.

Francisco Aravena dice que estos mecanismos pueden ser claves para una empresa nueva o pequeña.

“Probablemente el leasing o factoring puedan ser de gran ayuda a una pyme ya que es poco probable que cuenten con grandes activos que puedan ser utilizados para leaseback”, dice.

Y explica que, en términos de financiamiento, el factoring resulta de gran utilidad para mantener y sobrevivir a períodos en los cuales la operación sea necesaria, pero los retornos fluctúen de acuerdo con las condiciones de la industria.

Respecto de cuándo es conveniente optar por leaseback, el académico dice que si lo que se necesita es un financiamiento de largo plazo, donde es necesario para la operación el mantener el uso del inmueble que se está “liquidando”, el retroleasing constituye una opción efectiva y de respuesta rápida a necesidades de liquidez, ya sea para nuevos proyectos o reestructuración de deudas.

Lo importante es siempre informarse muy bien acerca de las características de cada herramienta, de modo que resulten útiles para el negocio,

En el factoring, por ejemplo, se debe considerar la importancia real de contar con liquidez en el corto plazo, dispuesto a pagar un “costo” de tal forma que sea la alternativa financieramente más conveniente de obtener para cubrir necesidades de la operación.

En el caso del leaseback, explica el académico de la Universidad San Sebastián, es necesario considerar la relevancia de los activos que se buscan “liquidar” considerando que se adquiere un contrato de leasing generando cierta vulnerabilidad en la propiedad de este activo fijo.

“Por otra parte, sería relevante evaluar el plazo u horizonte en el cual se busca financiar esta operación o la liquidez necesaria para su funcionamiento”, dice el profesor Aravena.

Un mercado en crecimiento

El factoring es una herramienta bastante masificada en cuanto a la obtención de liquidez en el corto plazo y es una recurrente forma de financiamiento. En cambio, el leaseback, considerado un buen instrumento de largo plazo, es una herramienta mucho menos conocida y que requiere ciertas condiciones para un óptimo funcionamiento.

“Sin embargo, esta última es una alternativa bastante atractiva y conveniente para empresas que requieren aumentar su liquidez proyectando en el largo plazo”, dice Francisco Aravena.

Francisco Aravena, académico de la Universidad San Sebastián.

 

Fuente: La Segunda

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