
¿Cómo impacta la inteligencia artificial en el desarrollo del pensamiento crítico?
La integración de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito educativo ha traído consigo grandes beneficios, pero también plantea desafíos fundamentales.
Uno de los más urgentes es la necesidad de fortalecer el pensamiento crítico desde las etapas más tempranas del aprendizaje.
En un entorno donde la información es abundante y las respuestas están a solo un clic, formar estudiantes capaces de analizar, cuestionar y reflexionar se vuelve crucial.
Estudios de la American Association of Colleges and Universities señalan que solo el 29% de los universitarios se sienten preparados para aplicar el pensamiento crítico en contextos reales.
A nivel escolar, el informe PISA destaca que el 15% de los estudiantes de 15 años en países de la OCDE alcanza altos niveles de competencia en resolución de problemas y pensamiento crítico.
La importancia de enseñar a pensar: una deuda pendiente en Chile
En Chile, diversos estudios muestran que si bien los docentes valoran el pensamiento crítico, enfrentan dificultades para integrarlo de forma sistemática.
Lo anterior debido a la sobrecarga curricular y la falta de herramientas pedagógicas.
Este problema se presenta desde la enseñanza básica, cuando se deberían estar sentando las bases para un aprendizaje más profundo y significativo.
La Universidad San Sebastián, a través de su modelo educativo, promueve la formación integral de sus estudiantes.
Y pone énfasis en habilidades transversales como el pensamiento analítico, la ética y la resolución de problemas.
IA en el aula: ¿herramienta complementaria o sustituto del pensamiento?
La expansión de herramientas basadas en IA puede fomentar una peligrosa dependencia en los estudiantes,.
Sabido es que podrían optar por aceptar información sin someterla a análisis o evaluación crítica.
Lo anterior resulta preocupante en niveles superiores, donde los futuros profesionales se enfrentan a decisiones complejas que exigen razonamiento, juicio y reflexión.
El Chronicle of Higher Education destaca que el 70% de los empleadores consideran el pensamiento crítico una habilidad esencial en los graduados.
Por otra parte, solo un 25% de los estudiantes se sienten seguros de poseerla.
En Chile, la encuesta de Trayectorias Educativas y Laborales del Mineduc y el PNUD (2022) también arrojó resultados importantes.
Concluyendo una demanda creciente por habilidades blandas, como el pensamiento analítico y la resolución de problemas.
El rol de la educación superior en cerrar esta brecha
La educación superior tiene un papel protagónico en la preparación de profesionales con pensamiento crítico.
Para ello, es necesario rediseñar currículos, promover metodologías activas de enseñanza y fomentar el uso consciente de herramientas tecnológicas.
Programas como los de Advance USS, orientados a personas que trabajan y desean continuar sus estudios, son relevantes.
Lo anterior por que integran estrategias educativas que favorecen la reflexión, el trabajo colaborativo y la toma de decisiones informadas.
Estos programas también responden a las exigencias del mercado laboral, donde se valoran cada vez más las competencias del siglo XXI.
Pensar críticamente en un mundo digital: un compromiso compartido
La OCDE ha sido enfática: las competencias del siglo XXI deben estar en el centro de la educación.
Esto no solo implica habilidades digitales, sino también pensamiento crítico, comunicación, creatividad y colaboración.
La IA puede ser una gran aliada, siempre y cuando complemente —y no sustituya— los procesos de pensamiento reflexivo.
Preparar a las nuevas generaciones para los desafíos del futuro requiere un esfuerzo entre el sistema educativo, docentes, instituciones de educación superior y políticas públicas.
Solo así aseguraremos que los profesionales del mañana sean no solo competentes, sino también puedan pensar por sí mismos en un mundo influenciado por la tecnología.
Margarita López
Directora Advance Ingeniería en Administración de Empresas USS